Aqui una nueva fic, dedicada a mi querido Lex ^^
(no le correji porque ando apurada preparando la valija je)
Aquella oscuridad invadìa mi conciencia: no lograba ver màs nada, era solo un simple muñeco en las manos de un hombre mezquino. Quizàs mi vida no era de las màs interesantes, o intensas, pero, era la mia. Me pregunto por qué, desde el princio, le hice caso, todos me habìan avisado que terminarìa mal si me hubiese puesto de su lado. “Su lado?” yo decìa “Yo no estoy del lado de nadie”
Fui engañado. Debe de ser la escusa que inventé para no culparme. Despues de todo, lo que hice, dependìò de mì: Yo usé esa arma. Yo maté a todas esas personas. Yo destruì todas esas aldeas.
“Mi mente estaba siendo controlada, no querìa hacerlo” Otra escusa banàl: Yo lo hize.
Me dejé controlar por qué me aburrìa. Querìa sentir alguna emociòn que no fuese la de siempre.
-Tu eres el guerrero màs fuerte- me dijo aquel hombre. Pero yo no lo creia… hasta que no estuve bajo su oscuro control. Podìa derrotar a quien quisiera: nadie tenìa oportunidad contra sus mortales espadas.
Con el pasar del tiempo, el joven se dejaba llevar siempre màs por la oscuridad, también cuando no le obligaban. Solo le molestaba en cierto modo seguir matando: por las noches, pesadillas llenas de sangre, soledad y desiertos aridos tormentaban su sueño.
Un dìa, en el que extrañamente no debìa seguir alguna orden, decidiò visitar una cueva cercana adonde se encontraba. Tenìa una conformaciòn algo particular, y se sentìa una energìa relajante venir desde el fondo de esta. El joven recorriò el sendero, parecìa no terminar nunca. Al avanzar el lugar se volvìa màs y màs oscuro. “Asì es como vives, no? Rodeado por la oscuridad…” dijo una voz dulce y amable. Parecìa triste…
El querìa verla, sentìa una extraña atracciòn por aquella esencia, querìa a toda costa encontrarla.
“Sabìa que lograrìas llegar hasta mì” Oyò nuevamente la voz de la muchacha y a lo lejos viò una pequeña luz. Recorriò la ultima parte del percurso iluminado siempre màs por la luz.
Habìa llegado al final, pero estaba cegado por la luminosidad del ambiente.
“Abre tus ojos, no le temas a la luz”
El joven le hizo caso y de a poco logrò ver todo lo que le rodeaba: aùn estaba en la cueva, pero en este ambiente las paredes de roca eran altas y arriba habìa un circulo, por el que entraba el sol. Adelante suyo podìa admirar un hermoso lago, dividido en varias partes, como un caminito que marcaba el todo. En estos nadaban cristales azules, dando un color particular a todo el paisaje.
Una joven se hayaba sentada en el fondo, los pies adentro del agua y con la cabeza agachada a mirar las ondas que se producìan al moverse ella: “No es maravillosa la naturaleza?”
“Asì parece…”
“Acercate, no me temas, no muerdo sabes?” dijo riendose un poco.
El nuevamente le hizo caso y percorriò el lugar hasta llegar adonde ella.
“Sientate, el agua esta a gusto”
El joven asì hizo. Se encontraba totalmente relajado, su mente no pensaba en nada.
“Por un momento temì que te perderìas en toda esa oscuridad…” dijo la muchacha mientras corrìa hacia atràs su largo cabello castaño. “Pero demostraste que aun puedes actuar por ti mismo… y tener deseos proprios…eso me hace feliz” su sonrisa era brillante, como todo allì.
“Adonde me encuentro? Parece como si estuviera muerto…”
“Te equivocas… esto que sientes ahora, es estar vivo” Ella nunca dejaba de sonreìr. “Estas aquì por
qué quiero ayudarte…”
“No necesito ayuda”
“Entonces debes de estar contento con tu modo de vivir… anda que a mi no me engañas!” volviò a
sonreirle.
“Que he de hacer entonces?”
“Revelarte? Si eres el guerrero màs fuerte deberìas de poder pensar por ti mismo”
“No soy el guerrero màs fuerte… lo soy solo cuando la oscuridad se apodera de mì”
“Nada puede otorgar fuerza a quien no es fuerte por sì solo…”
“Que dices…”
“Llegando aquì, no demostraste que puedes hacer las cosas solo? Debes confìar en ti…”
“Quien eres? Y por qué crees saber tantas cosas de mì?”
Sonriò: “Mi nombre es Siki, cuàl es el tuyo?”
El muchacho sonriò: “No deberìas de saberlo ya?… Yo no tengo nombre pero la gente me llama en varios modos: Guerrero de la muerte, Maldito oscuro, “Ese” o gritan “Ahhhh! Huyamos” cuando me ven”.
Los dos rieron un poco
“Yo te daré un nombre, pero a cambio tu deberàs revelarte a la oscuridad, me parece un cambio equivalente no crees?”
“Puedo intentarlo…”
“Llevas dos espadas, en tus ojos se refleja la noche, tu cuerpo y tu fuerza son las de un guerrero…ya lo tengo”
“Anda, dimelo”
“Seràs: El espadachin de la noche. Tu misiòn serà combatir el mal y protejer a los indefensos. No dejaràs que te controlen nunca màs.”
“Espadachin de la noche… ya lo siento mio.”
Siki se levantò y caminò hasta otro lado de la cueva diciendo al espadachin que la siguiera.
“Mira allì, los cristales protegen esta cueva, crean un campo que permite conservar este lago. Los cristales nacieron para cuidar esta cueva. Algunas almas también nacen para proteger a otras almas”
El espadachin admirò el brillo y por un momento le pareciò ver el aura de los cristales.
“Ya te he guiado… cada vez que pierdas tu camino yo regresaré” La joven sonriò y mirò fijo a su espadachin. “Te protejeré cada vez que lo necesites… no dudes un solo momento en pedirme ayuda…” Una luz la envolviò “Recuerda lo que te dije, nunca lo olvides, debes confiar en tus capacidades!”
La muchacha desapareciò y un reflejo se viò salir por encima de la cueva. Una pluma cayò desde allì en las manos del joven el cual ahora sabìa cuàl era su camino.
Saliò de la cueva y nuevamente oyò la voz de la chica en su cabeza “Yo no sé cuan capaz soy de hacer las cosas, ni si me saldran bien, pero… he de confiar en mi: ese es el truco”
El espadachin de la noche no olvidaria nunca aquel encuentro, y menos aun esas ultimas palabras.
Espero que te haya gustado